Sé que no han sido unas semanas fáciles y que también has dado lo mejor de ti. También sé que a veces tienes días en los que simplemente quisieras tirar la toalla y es por esto que quisiera recordarte varias cosas.
Primero que nada, quiero que sepas que es normal que de un momento a otro te saquen de quicio las personas. Leí por ahí que las personas que sufren constantemente de heridas emocionales, tienden a fastidiarse fácilmente con otros sin razón aparente. Sanar toma tiempo, no seas tan duro contigo mismo.
Respétate lo suficiente como para dejar de crear excusas del mal comportamiento de otras personas. Deja ir a las personas tóxicas. Date el mismo amor y respeto que le das a los demás. Aprende qué partes de ti mismo dar, ya que a menudo damos demasiado en nuestra prisa para ser amados y después nos terminamos arrepintiendo cuando nos damos cuenta de que nunca lo vamos a poder recuperar.
Nunca olvides que siempre hay alguien al que le importas. Ya sé que a veces parece que tus mejores amigos están muy ocupados o que son muy malos contestando tus mensajes de texto, pero nunca te van a dejar de amar. Alguien siempre se va a preocupar por ti.
Sé que a veces la familia puede ser un lío muy complicado, que a veces hay drama con tus amigos, que tu vida amorosa es un signo de interrogación constante, que todo el mundo esta atrapado en sus propias vidas y que nadie realmente lo nota, pero te aseguro que siempre hay alguien que si lo hace. Dicen que cada rostro en tus sueños es alguien que has conocido, y eso significa que estás en la cabeza de un millón de extraños.
Las pequeñas victorias también son dignas de celebrarse. Si el día de hoy lograste salir de tu cama, lavar los platos sucios, terminaste una tarea que tenías tiempo posponiéndola o encontraste solo una razón para sonreír, pues felicidades, también esas cosas, por más mínimas que parezcan, son pequeños pasos que van hacia delante.
No te estreses por “arreglarte” porque no eres alguien que esta roto. Todo es temporal. No estas solo. Eres suficiente, importante, fuerte y alguien que vale la pena. Respira. No te avergüences de tus emociones, tanto las buenas como las malas son lo que te hacen ser una persona excepcional. Enfócate en las cosas que puedes cambiar. Tienes más potencial del que crees.
Vales la pena, vales las risas, vales el tiempo, vales los sueños, vales las palabras, vales los cambios y vales cada momento.
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